Cuando nadie me miraba ni confiaba en mi, él lo hizo. Cuando nadie creyó que yo tenía algo bueno que decir, él me escucho. Cuando sentía ganas de llorar y abandonar todo, él me cuido. Cuando pasaba mis tardes pensando en tonterías, él me acompaño.
Y hoy no puedo pedirle más a la vida, nada más de lo mucho que me ha dado. Y si es que algo pudiese pedirle, seria que te quedes por siempre a mi lado.
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